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ACTUALIZACIÓN y COMPLEMENTACIÓN
A Agosto 15, 2017
MARÍA
Edición crítica
Editora: María Teresa Cristina
https://drive.google.com/file/d/0B7_ooF8EIcK8Z2VVYms2VHVEZms/view
Con amplios y extraordinarios textos y ensayos
introductorios y de presentación
Fuente:
http://jorgeisaacs.univalle.ed
Allí: acceso a los 10 volúmenes
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VIENE y COMPLEMENTO DE:
NTC ... 15 de marzo de 2017
María: Las vicisitudes de un texto
Por María Teresa Cristina
En
"María"
Edición crítica
Obras Obras Completas de Jorge Isaacs
Volumen I, Abril, 2005
Páginas xxix a xliv
Total 19 páginas
Páginas xxix a xliv
Total 19 páginas
Universidad Externado de Colombia
Universidad del Valle
En formato PDF
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Introducción
Por María Teresa Cristina
Tomado de: "María". Edición crítica. 352 páginas. Obras
Completas de Jorge Isaacs. Volumen I (de 11), Abril, 2005. Páginas xxix a
xliv. Total 19 páginas
A. María: las
vicisitudes de un texto
En 1863 regresa a Bogotá un
joven provinciano de 27 años. Aunque había cursado aquí estudios en tres
colegios distintos durante cinco años (1848-1852), era completamente
desconocido. Llega cargado de deudas e intenta evitar el remate de las
haciendas familiares de las que tuvo que hacerse cargo después de la muerte del
padre (marzo de 1861) por voluntad explícita de éste. La situación de quiebra
había sido ocasionada por malos negocios, por las guerras, por la pasión por el
juego del padre y por préstamos insostenibles contraídos por ambos.
Por entonces, ya había intentado
el cultivo del tabaco y se había dedicado a los negocios con poco o ningún
éxito; ya había participado en dos guerras civiles, las de 1854 y 1860; había
contraído matrimonio a los 20 años y había escrito tres dramas históricos y
unos poemas. En Bogotá busca la asesoría de una oficina de abogados, la de José
María Vergara y Vergara y Aníbal Galindo; el joven caucano no logra evitar el
remate de las propiedades paternas, pero encuentra un padrino literario en el
primero. Sus versos fueron acogidos con entusiasmo por los miembros de la
tertulia "El Mosaico" y "pronto
volaron en letra de molde" (1) gracias a su patrocinio (2). En
palabras de uno de los presentes a la lectura de sus poemas, Manuel Pombo, "el poeta se había levantado olvidado y
se acostó famoso" (3). De esta forma,
comienza oficialmente la vida literaria
de Jorge Isaacs.
Pocos meses después se ve
obligado a regresar al Cauca donde lo esperan muchas penurias. Desde La Plata y
Cali escribe a José Manuel Marroquín:
Estoy
flaco como el Poder Ejecutivo, y negro como hijo de Mulet [...] Es necesario
tener toda la conformidad cristiana de que disfruto, para no haberme
desesperado con la idea de enfrascarme en el Cauca, fraternalmente alojado con
toda una colección de sabandijas ponzoñosas. Si fuera a vivir con mi familia,
en completa federación, soportable fuera; pero amigo mío, muchos malos días me
esperan4.
No
escribo porque no tengo un cuartito de estudio. No trabajo porque no tengo
cómo, mientras no esté en posesión de un destino que dizque me van a dar en la
empresa del camino (5).
La necesidad lo lleva a aceptar
el cargo de subinspector de los trabajos de construcción del camino de
herradura que se está abriendo entre Cali y, Buenaventura. En las inhóspitas
selvas del Dagua redactó los borradores de los primeros capítulos de la novela
que evocaba los años felices en las haciendas paternas "La Rita" y "El
Paraíso". Así recuerda ese año de penalidades en carta a su amigo
Adriano Páez:
Hay
una época de lucha titánica en mi vida, la de 1864 a 1865: viví como Inspector
del camino de Buenaventura, que se empezaba a construir entonces, en los
desiertos vírgenes y malsanos de la costa del Pacífico. Vivía entonces como un
salvaje, a merced de las lluvias, rodeado siempre de una naturaleza hermosa,
pero refractaría a toda civilización, armada de todos los reptiles venenosos,
de todos*los hálitos emponzoñados de la selva. Los 300 ó 400 obreros que tenía
bajo mis órdenes y con quienes habitaba como en campaña, tenían casi adoración
por mí. Trabajé y luché hasta caer medio muerto por obra de la fatigante tarea
y del mal clima. Después he hecho cuanto mis esfuerzos han permitido, hasta el
Congreso de 1878, en favor de la vía redentora para el Cauca; pero nada ha sido
eso, comparándolo con lo que hice y sufrí como Inspector de los trabajos desde
noviembre de 1864 hasta el mismo mes en 1865 (6).
El paludismo, que habría de
matarlo, contraído en esos climas malsanos lo obligó a regresar a Cali donde
terminó la redacción de la novela. Su hermano mayor, Alcides, profesor y
gramático lo asesoró en el trabajo de corrección del texto.
De regreso a Bogotá, se dedica
al comercio en la tienda ubicada en la Carrera de Bogotá calle 1ª. número 26.
Ha llevado consigo un borrador de su
novela en busca de editor, restablece vínculos de amistad con sus antiguos
mentores literarios de la tertulia de "El Mosaico" y con Miguel
Antonio Caro, a quien solicita ayuda para la corrección de las pruebas de la novela.
El 24 de febrero de 1867, estando enfermo, Isaacs le envía una nota escrita en
mal inglés en la cual le confirma haber recibido los tomos de Cantú y
Bustamante, pero no estando todavía en capacidad de salir, le solicita que vaya
a su casa a ayudarle a corregir las pruebas de María y a compartir con él un
rato de charla (7).
La publicación de la novela es
asumida por José Benito Gaitán. En la prensa bogotana aparecen varios avisos
costeados por este que anuncian una "lujosa edición", que desde el primero de
mayo estará a la venta en la
agencia de Lázaro María Pérez, en la tienda de
Dionisio Mejía y en la oficina de Gaitán; se añade que quienes tomen
suscripciones, obtendrán el ejemplar al valor de $ 1.40 (8). La edición de unos
800 ejemplares se vendió a "dos pesos sencillos" y obtuvo
inmediatamente una gran acogida por parte del público bogotano. Caro presentó
la novela en su columna "Noticias Bibliográficas" del periódico La
República (9).
Isaacs se convirtió entonces en
uno de los hombres más admirados y solicitados por la sociedad bogotana que
leyó con entusiasmo y "devoró" María. Posteriormente su amigo, el
bugueño Luciano Rivera y Garrido, atestigua este hecho:
Isaacs
fue entonces el hombre de moda. La mujeres deseaban con vehemencia conocerlo,
pues vieron en él al intérprete afortunado de todas las ternuras femeninas; los
salones de la alta sociedad le abrieron de par en par sus doradas puertas; los
círculos literarios, que ya lo habían aclamado como gran poeta, le cedieron el
primer puesto como novelista; y todo el mundo admiró su ingenio sin restricciones
(10).
Relata este mismo que pocas
semanas después de haber salido a luz la novela, cuando Isaacs todavía no era
conocido sino por los hombres de letras, durante una representación de la ópera
Norma, estando el teatro colmado por
lo más granado de la sociedad bogotana y habiendo empezado ya el primer acto,
en el mismo momento en que la prima donna iniciaba el aria de la casta diva, tres caballeros entraron a
un palco que había permanecido desocupado, entonces todas las miradas se
dirigieron hacia ese punto y por el teatro "se oyó un ruido sordo"
producido por el público que pronunciaba el nombre de Isaacs (11).
El escritor se convirtió,
además, en uno de los jóvenes más prometedores del partido conservador. Y como
de la notoriedad al periodismo y a la política no había más que un paso, un mes
después de la aparición de María es nombrado redactor principal
de La República, periódico del ala
moderada del partido conservador. Poco después sucumbe a la tentación de la
política y al finalizar el mes ya aparece en la lista de candidatos a la Cámara
de Representantes por el Estado de Cundinamarca al lado de nombres como los de
Carlos Holguín y Miguel Antonio Caro, pero será elegido Representante, en
calidad de principal, por el Estado del Tolima en diciembre de ese mismo año,
junto con Luis
Segundo de Silvestre y Joaquín Posada Gutiérrez para
el período constitucional 1868-1869.
Con la política comienza otro tipo de sinsabores.
Desempeñándose Isaacs como representante, aparece en
el periódico Los Locos una pieza jocoso-satírica en verso titulada El
diputado de los anteojos verdes o Jorge y María. Drami-cuento en medio acto
(12), en el cual María llorando le reprocha a su
enamorado Jorge su traición:
La República te dio
con
cierta coja intriguilla
una
curul, una silla,
en
que has perdido el honor.
A Jorge le ha sido prometido el cargo de secretario
de Torres Caicedo para una legación en Europa, pero al enterarse por un
transeúnte de que ya lo han sustituido por otro, concluye María:
Y
bien Jorge, eres pasado
y
desconfían de ti.
Desleal
e ingrato fuiste
con
quien te dio posición:
el
pago de la traición
tenía que ser así.
En efecto, en este momento, los liberales ya
consideran a Isaacs como uno de los suyos; el periódico El Liberal lo
menciona al lado de algunos miembros de este partido que acaban de dar un nuevo
golpe a La Liga y se refiere a él en los siguientes términos: "el señor Jorge Isaacs, que antes
pasaba por conservador; [...] por sus ideas, su rectitud y su talento lo
contamos en nuestras filas, aun cuando se le llame como se quiera: sus hechos
hablan" (13). Como afirmará Isaacs años más tarde en una famosa carta
autobiográfica:
Cuando redacté La República creía aún posible poner
de todo en todo la fracción avanzada del partido conservador al servicio de la
república democrática. En 1868 y 1869, siendo diputado al Congreso Nacional,
obtuve el doloroso desengaño y empecé a ser víctima de la demagogia
ultramontana y de la oligarquía conservadora. Se me había educado
"republicano" y resulté ser soldado insurgente en las filas del
partido conservador. Ahora puedo explicarme eso satisfactoriamente'(14).
…. SIGUE, en imágenes, más adelante ....
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1 Carta a los señores Ramírez y Rivera, 2 de diciembre de 1874.
Ver Correspondencia.
2 Jorge Isaacs. Poesías. Bogotá, Imprenta de "El
Mosaico", 1864.
3 El Mosaico, 4 de junio de 1864.
4 Carta a José Manuel Marroquín, La Plata, 28 de junio de 1864.
5 Carta al mismo, Cali, 16 de septiembre de 1864.
6 Maximiliano Grillo, "Correspondencia de Jorge
Isaacs" en Ensayos y comentarios. París, Editions "Le Livre
Libre", 1927, pp. 217 y 218.
7 Ver Correspondencia.
8 La Prensa, trim. IV, n.° 67 (2 de abril de 1867) p. 348.
9 La República (Bogotá), n.° 3 (julio 17 de 1867).
10 "Jorge Isaacs (Reminiscencias)", en Impresiones y
Recuerdos. Cali, Carvajal & Cía. , 1968, p. 291.
11 ' Ibíd., pp. 291 y 292.
12 Los Locos, trim, iv, n.° 47 (Bogotá, 18 de febrero de 1869) pp.
[185] y 186.
13 El Liberal (febrero de 1869).
14 Carta a los Señores Ramírez y Rivera, 2 de diciembre de 1874.
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